Cumple tus promesas
No sigas postergando tus sueños. Es hora de darte el lugar que mereces en tu propia vida
Salmos 76:11: “Prometed, y pagad a Jehová vuestro Dios;
todos los que están alrededor de él, traigan ofrendas al Temible”.
¡Hola!
Espero que te encuentres súper bien.
Te deseo una semana bendecida y llena de cosas buenas.
Cada día nos prometemos cosas: que vamos a ahorrar más, que iremos al gimnasio, que dejaremos los dulces, que ahora sí nos vamos a enfocar… Pero, seamos honestas, la mayoría de esas promesas se quedan flotando en el aire, sin aterrizar nunca en acciones reales.
Y sí, te confieso que también he roto muchas de mis promesas. Pero hace unos días, en una entrevista, una frase me sacudió: “El éxito (personal, financiero o profesional) está profundamente ligado a cumplir lo que te prometes”.
No fue una cita rimbombante de un gurú de Silicon Valley ni una revelación de la NASA. Fue una verdad que me golpeó el corazón y me enfrentó a una realidad: muchas veces, no es la falta de recursos, es la falta de coherencia con nosotras mismas.
Es posible que tú también lo hayas sentido. Te prometiste que este año ibas a ahorrar, pero sigues gastando sin control. Y no me digas que “todo está caro”, porque lo primero que debemos aprender es a pagarnos a nosotras primero. Ese es un acto de amor propio. Es una promesa que también merece cumplirse.
¿Te sientes frustrada porque el año va avanzando y no ves cambios? Haz una pausa. Evalúa tus hábitos. Pregúntate: ¿Por qué no has alcanzado esa meta? ¿Por qué no eres talla M? ¿Por qué tu cuenta bancaria sigue en números bajos?
Muchas veces la respuesta está en lo que haces o dejas de hacer cada día. Comidas por delivery, compras por impulso, decir “sí” a todos menos a ti…
Te cuento algo personal: hace unos años, tenía un déficit económico y no entendía por qué, hasta que me di cuenta de que gastaba demasiado en comida chatarra “de camino a casa”. ¿La solución? Llevar mi merienda. Suena simple, pero cambió mi economía y mi salud.
La realidad es que nos enseñaron a cumplirle a todo el mundo menos a nosotras mismas. Y así se nos van los días, postergando nuestros sueños, nuestras metas y esa mejor versión que tanto anhelamos. Rompiendo nuestras promesas.
Hoy quiero invitarte a algo sencillo, pero poderoso: haz una lista de las promesas que te hiciste y elige una sola para comenzar a cumplir. Concéntrate. Sé constante. Y verás cómo tu vida empieza a alinearse con la mujer que quieres ser.
Porque sí, estamos cargadas de exigencias. Y sí, el dinero, el trabajo, la familia… todo nos presiona. Pero también es cierto que dentro de ti hay fuerza, propósito y una voz que te está gritando: “Cumple lo que me prometiste”.
Este texto no solo es sobre presupuesto o inversiones. Es sobre sanar la raíz. Sobre revisar esas heridas que sabotean nuestra relación con el dinero, con el éxito y con nosotras mismas.
Ten siempre presente que la prosperidad no empieza con el dinero. Comienza con una promesa y la decisión de cumplirla.
Bendiciones abundantes para ti.
Sigamos caminando enfocadas y valientes.
Te deseo una semana y un mes cargado de cosas buenas, donde el favor de Dios esté siempre contigo. ¡Recuerda comienza a diseñar la vida de tus sueños!