Mi hermana gana más dinero que yo
Salir de la zona de confort podría ser el paso esencial para atraer la abundancia
Proverbios 22:6: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”
¡Hola!
Espero que te encuentres súper bien.
Te deseo una semana bendecida y llena de cosas buenas.
Hace unos días no te escribía… Hoy quiero hablarte de algo que me ha confrontado, pero también me ha enseñado
Le doy la bienvenida a junio, un mes que nos recuerda que aún estamos a tiempo de alcanzar nuestras metas. Esta vez, no quiero contarte una historia ficticia, sino una realidad que me ha llevado a reflexionar con orgullo y gratitud: mi hermana gana más dinero que yo.
Soy la hermana mayor. Y, como tal, tengo el privilegio de aprender cada día de mis hermanas menores. Ellas, a diferencia de mí, han desarrollado un olfato más afinado para la abundancia. No lo digo solo desde mi observación, lo confirman los datos.
El estudio “How Gen Z Is Confronting Their Financial Fears”, elaborado por Rave Reviews, reveló que el 89% de los centennials (de entre 17 y 25 años) se sienten seguros al tomar decisiones sobre sus finanzas, y el 64% busca constantemente información y herramientas para planificar su ahorro. Además, tienen un poder adquisitivo que ronda entre los US$29,000 y US$142,000 millones, provenientes de empleos, emprendimientos y trabajos freelance.
En contraste, el 25% de los millennials gasta más de lo que gana y el 40% se ha endeudado solo para mantenerse a flote. Solo el 60% de los centennials tiene cuenta de ahorros; el 54%, cuenta corriente; y el 32%, tarjeta de crédito. Estos datos nos ofrecen más que cifras: nos muestran un cambio de mentalidad.
Y sí, aunque mi hermana y yo nos llevamos seis años, ella siempre ha tenido más claridad sobre lo que quiere y no quiere en su vida.
Lo que más me ha enseñado es que no ha atado su estabilidad financiera a un empleo. Mientras nuestra generación creció con la idea de “conseguir un buen trabajo y escalar”, la suya prefiere vivir experiencias, evitar espacios tóxicos y apostar por su creatividad como fuente de ingresos.
Algo que verdaderamente me voló la cabeza fue esta diferencia: mientras nosotras intentamos adaptar nuestros ingresos a un presupuesto que muchas veces no alcanza, ellas (las centennials) piensan cómo generar múltiples fuentes de ingresos que les permitan vivir con libertad y propósito. YO QUEDÉ ABUNDANCIA, PROSPERIDAD... LIBERTAD
Mi hermana, a diferencia mía y de muchas amigas, habla abiertamente de dinero: cuánto tiene, cuánto necesita, cuánto va a ganar y en qué va a invertir. En cambio, entre nosotras, hablar de dinero parecía un tabú. Un secreto. Como si no tuviéramos permiso de decir que necesitamos más o que no nos alcanza.
Esa libertad para hablar de aspiraciones, sueños y metas económicas, me reta. Porque incluso aquellas que hablamos de empoderamiento financiero, a veces callamos nuestras propias inseguridades sobre el dinero.
Mi hermana es sumamente creativa y ha entendido algo poderoso: las redes sociales no son solo para fotos bonitas, son una herramienta para generar ingresos. Cada publicación que hace tiene un propósito. Se educa, rastrea oportunidades y monetiza su talento con intención.
Mientras nosotras queremos mostrar logros, ella busca cómo convertir su creatividad en ganancias. Yo quedé en echavainismo, como ellos dicen.
Y sí, a mis 30 años, trabajando en un periódico de finanzas y promoviendo el empoderamiento económico de la mujer, reconozco que aún tengo creencias limitantes que necesito derribar.
Pero también me alegra ver que mi hermana ha entendido algo que muchas tardamos en comprender: el dinero no está solo en el empleo fijo, está en emprender con intención, usar nuestros dones y tener el coraje de convertir nuestras ideas y pasiones en ingresos.
Si llegaste hasta aquí, quiero decirte algo:
No necesitas más títulos ni un nuevo empleo para ganar más.
Necesitas reconocer tu valor, confiar en tus talentos y ponerlos al servicio de los demás.
Eso también es abundancia.
Eso también es éxito.
Y eso, querida lectora, también se aprende.
Te deseo una semana y un mes cargado de cosas buenas, donde el favor de Dios esté siempre contigo. ¡Recuerda comienza a diseñar la vida de tus sueños!
Hola, ¿me ayudas con este boletín?
Quisiera saber: ¿qué temas te interesan más para alcanzar tus metas financieras?